lunes, 29 de marzo de 2010

La piscina

El colegio tenía una piscina que posiblemente significó una inversión grande, aún con los bajos costos de ese entonces. Lo interesante es que la famosa piscina, síntoma de progreso para una institución educativa, con vestidores y todo, nunca en realidad se usó, o mi memoria me falla completamente. No recuerdo haberla visto nunca llena de agua, y menos aún con alguien nadando. Tengo una foto de un premio en que las chicas están paradas al borde, en una esquina. Eso fue todo. La dificultad para usarla residía en que para nadar había necesidad de ropa apropiada, y el hecho de que los tiempos en que las mujeres iban a la playa cubiertas del cuello a los pies habían ya pasado (¡era la segunda mitad del siglo XX!). Para nuestras buenas maestras monjas esto constituía un dilema serio: ¿cómo permitir que sus alumnas aparecieran con tan poca ropa, aun cuando solo estuvieran presentes otras chicas? La piscina y el concepto de modestia estaban en polos opuestos.

Para mí y considerando el frío de Cuenca no sé si la piscina era tan buena idea, con o sin el pequeño detalle de los trajes de baño. Una con aguas térmicas, naturales o artificiales, hubiera sido otra cosa....

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