No sé si Ma Mer se entretenía el año entero recolectando o haciendo estas pequeñas cosas o en dónde las encontraba. Debe haber tenido un tesoro casi inagotable de tarjetas, medallitas, dijes, estampas, etc. Siempre había la esperanza de ganar algo bonito, pero los chances, como en toda lotería, eran uno en varios miles.
Cuando la Madre Superiora fue enviada a presidir otra comunidad las rifas desaparecieron. Para entonces yo también había crecido y esta actividad tan peculiar había perdido su encanto, pero fueron tan divertidas mientras duraron. Varias décadas más tarde, aún las recuerdo con especial nostalgia.
Cuando la Madre Superiora fue enviada a presidir otra comunidad las rifas desaparecieron. Para entonces yo también había crecido y esta actividad tan peculiar había perdido su encanto, pero fueron tan divertidas mientras duraron. Varias décadas más tarde, aún las recuerdo con especial nostalgia.