domingo, 22 de febrero de 2009

Uniformes

Ayer mirando una pelicula francesa me acorde de nuestros uniformes de la escuela y el colegio. Cuando asistia a quinto grado de los Sagrados Corazones el uniforme consistia de una falda azul marino de casimir de lana, plizada, con una especie de camiseta de tela que a veces tenia unos dobleces horizontales para que la longitud del vestido pudiera alargarse al crecer la dueña. Encima llevábamos una blusa blanca con botones al frente que supuestamente nos llegaba a la cintura, o en niñas pre-adolescentes, hasta más abajo. Para el frio llevábamos un sueter azul marino. Las medias (Cuenca siempre ha sido frio) eran negras y se sostenian encima de las rodillas por medio de ligas. Los zapatos eran negros. Para completar, nos vendian unas "corbatas" azules con puntitos blancos. Este era el llamado uniforme de diario. Con el tiempo, y en contra de lo opinion de las monjas, abandonamos la camiseta y las faldas cambiaron a tener una cintura, de acuerdo con nuestra forma anatomica. Cuando las faldas con crinolinas de los 50s se pusieron de moda, algunas de nosotros llevabamos crinolinas debajo de las faldas colegiales, aun cuando lo regla fuera que las faldas debian caer derechas. Ah! y me acuerdo de las monjas midiendo la altura de las faldas: tenian que ir muy por debajo de las rodillas. Tambien las medias cambiaron

Habian 2 uniformes de "fiesta" (era esa la palabra exacta?). Uno en azul, con la misma falda plizada y un bluzon azul con cuello marinero. Al igual que las corbatas, el cuello era vendido por las monjas. Aun tengo uno guardado en mi departamento de Cuenca. El otro era un uniforme blanco de falda plizada.

Años después, se invento un grupo especial de alumnas que perteneciamos a la "brigada" y nos impusieron un uniforme asimismo especial: falda blanca, plizada, saco azul marino con cuello Nehru. Las elegidas atendiamos funciones civicas y religiosas representando al colegio.

Habian algunas personas que tenian un negocio de plizar las faldas y aplancharlas de manera que los pliegues no se deshicieran. Mi mamá algunas veces las hacía ella misma, pero era demasiado trabajo medir los pliegues y distribuir la tela con exactitud. Comprabamos el casimir y se lo llevabamos a una señora que hacia los plizados.

En esta era de tanta abundancia (a pesar de la recesion) es dificil imaginar que nuestro vestuario era en realidad restringido. Cuantos uniformes tendriamos cada una? Espero que al menos dos. Eran los tiempos antes del lavado en seco y me acuerdo que mi mama hilvanaba los pliegues antes de lavar las faldas. Asi se facilitaba aplancharlas cuando secas.