lunes, 29 de marzo de 2010

La Madre Emiliana

Posiblemente la maestra que más influyó en mi vida fue la Madre Emiliana Hinostroza. Era nuestra maestra de Castellano y Literatura. Es admirable cuánto empeño puso en que aprendiéramos a escribir bien y cómo sembró y cultivó en nosotras el gusto por la lectura. Ambas actividades fueron no solamente de gran utilidad, sino indispensables en cualquier circunstancia y un inmenso beneficio para nuestro futuro, cualquiera que haya sido el camino que elegimos. Nuestra ortografía era de primera calidad porque no se nos perdonaban las faltas. Todos los acentos, los puntos, las comas y más detalles del uso correcto del lenguaje eran sagrados, sin discusión. Un mínimo error y el Sobresaliente desaparecía y al trabajo le caía un Muy Buena o peor.

Tengo los cuadernos con escritos sobre distintos tópicos, y las poesías (o lo que pasaba por tal). Y las notas escritas por mi maestra, a veces alguna crítica y a veces reprimida alabanza, y siempre la impresión de que ella había tomado el tiempo para leer y evaluar mi tarea, y de que lo había hecho porque de verdad yo tenía un valor como estudiante y como ser humano. Fuimos de verdad muy afortunadas al contar con una mujer y una religiosa de la categoría intelectual y cristiana de la Madre Emiliana.

Pocas personas han dejado en mi vida una huella como la de esta maestra inolvidable y tan querida.

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